Hay una mujer que crea arte cuando mira,
y cuando me mira
y me llama por mi nombre
se me olvida cómo me llamo.
Mis oídos quedan inútiles porque
mis ojos se pierden en sus ojos,
y mientras me caigo por el precipicio de su belleza,
lanzo un grito sordo que nadie escucha.
Hay una mujer que crea arte cuando está,
Y cuando está cerca de mí,
siento los espasmos de
un fallo cardiorrespiratorio.
Es fría como el hielo
y hace que le falte oxígeno al fuego de mi corazón.
Y mientras me asfixia,
el espectro de mi alma la abraza
y siento cómo su frío me abrasa.
Hay una mujer que crea cuando camina,
Y cuando camina cerca de mí,
el movimiento hipnótico de los hilos de oro
que descienden maniatados por su nuca,
hacen que el tiempo baile a su voluntad,
Y mientras envejezco paralizado,
rezo por no morir antes sin tocar su piel.
Hay una mujer que crea arte cuando toca,
Y cuando me toca,
todo mi cuerpo se tensa,
los músculos rompen los tendones
y la piel se despega de mis huesos.
Y mientras la paz me invade,
la sangre desciende entre las grietas
de la roca en la que me ha convertido.
Hay una mujer que es una forma bella en todas sus formas,
Y desde que ella está en el mundo,
el resto del arte no vale nada.
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